miércoles, 3 de noviembre de 2010

Ausencia

Dejaré que muera en mí el deseo
de amar tus ojos dulces,
porque nada te podré dar sino la pena
de verme eternamente exhausto.
No obstante, tu presencia es algo
como la luz y la vida.
Siento que en mi gesto está tu gesto
y en mi voz tu voz.
No quiero tenerte porque en mi ser
todo estará terminado.
Sólo quiero que surjas en mí
como la fe en los desesperados,
para que yo pueda llevar una gota de rocío
en esta tierra maldita
que se quedó en mi carne
como un estigma del pasado.
Me quedaré... tu te irás,
apoyarás tu rostro en otro rostro,
tus dedos enlazarán otros dedos
y te desplegarás en la madrugada,
pero no sabrás que fui yo quien te logró,
porque yo fui el amigo más íntimo de la noche,
porque apoyé mi rostro en el rostro de la noche
y escuché tus palabras amorosas,
porque mis dedos enlazaron los dedos
en la niebla suspendidos en el espacio
y acerqué a mí la misteriosa esencia
de tu abandono desordenado.
Me quedaré solo como los veleros
en los puertos silenciosos.
Pero te poseeré más que nadie
porque podré irme
y todos los lamentos del mar,
del viento, del cielo, de las aves,
de las estrellas, serán tu voz presente,
tu voz ausente, tu voz sosegada.
Vinicius de Moraes

viernes, 28 de mayo de 2010

miércoles, 31 de marzo de 2010

Argentina se rasca

El otro día, haciendo cuentas, pude comprender algunos aspectos de por qué me cuesta tanto conseguir a alguien responsable para trabajar en casa y, además, cumplir con mi deber de “ciudadana” y estar dentro de las leyes laborales vigentes. Dar trabajo, y en blanco, ya no es un beneficio, es un problema. Pongamos el caso de una mujer sola, humilde, que no se le conocen aportes y que tiene, por ejemplo, cuatro hijos. Esta mujer gana, sin salir de su casa, $180 por hijo ($720), más unos $300 de seguro por desempleo, o sea, unos $1000 por mes. Es decir que si esta persona pensara en salir a trabajar de empleada doméstica, estando en estas condiciones, debería considerar un trabajo en donde le paguen un sueldo superior a $1000 y de cero esfuerzo, o sea… ninguno. En ningún trabajo que se precie de tal se necesita una persona que no haga nada y que cobre por eso. Entonces si la “futura” empleada doméstica se presenta ante un trabajo, suplicará para que se le pague en negro y no le importará ni tomará con responsabilidad y esmero su inserción en el mundo laboral, sino todo lo contrario, trabajará hasta que aparezca alguno de estos “plancitos” que otorgue todavía más plata y ella tenga una nueva excusa para quedarse en su casa y ganar todavía más.

En estos últimos dos meses, entrevisté a varias personas y absolutamente NINGUNA, aceptó trabajar en blanco porque: “pierdo el plan x –y- z”. Vamos, dejémonos de joder. Estamos armando un país lleno de vagos que no necesitan laburar y de otros tantos vagos que se quejan porque no están incluidos en los planes de “Argentina se rasca” y cortan los puentes y las calles haciendo piquetes ridículos para que les paguen por quedarse en su casa. ¡Vayan a laburar, manga de vagos! ¡Páguenles por pavimentar caminos, sembrar, construir, pero dejen de regalar plata! Porque para madrugar y hacer cuatrocientas horas de cola bajo la lluvia con los pibes en brazos para gestionar un “plancito”, no tienen ningún problema, pero cuando de ir a laburar se trata…

Al final, Barrionuevo tiene razón, la plata no se hace trabajando; y parece que el Gobierno se esmera en enseñarle al pueblo que, si se trabaja, se termina siendo un verdadero idiota.

martes, 23 de marzo de 2010

¡Gracias!

Gracias. A todos los que me saludaron en estos 28 otoños que acabo de cumplir (?) a través de Facebook.
Gracias. A todos los que se acercaron a pesar del diluvio del domingo.
Gracias. A todos los que se acordaron de levantar el teléfono para estar.

Gracias, che. Los quiero :)