miércoles, 18 de abril de 2007

Pretenciones

No pretendo que me ames.
No pretendo que me quieras.
No pretendo que me abraces, tampoco que me acompañes a caminar bajo la lluvia.
No pretendo encontrar tus ojos al despertar ni al conciliar el sueño.
No pretendo desterrar mi pasado con tu presencia.
No pretendo que me acompañes en el andar, ni que tiemble tu corazón al recordarme. Tampoco pretendo que me cuentes lo que viste de bello y de triste; de tus anhelos y realizaciones, de tus sueños y de la realidad, de las calles desiertas y de lo que se siente al recostarse sobre el pasto mojado por el rocío.
No pretendo que miremos juntos las estrellas, la luna o el sol, ni que riamos hasta el amanecer. Tampoco pretendo una sonrisa triste o lejana cuando ya no queda más por decir o hacer.
No pretendo tus caricias, aunque a veces mi cuerpo te extrañe y desee, aunque a veces se cansen mis labios al desandar las palabras que nos alejaron.
No pretendo tenerte, ya que no es posible.

Simplemente, por favor, no me niegues.