viernes, 21 de diciembre de 2007

Brindemos

Alguien escribió:

“Brindemos todo lo que podamos brindar. Brindemos por brindar. Brindémonos. Que todo el mundo brinde lo mejor que tenga para brindar. Que cada uno brinde su aporte. Que el mundo brinde oportunidades; que los economistas brinden soluciones; que los comerciantes brinden mejores precios; que la escuela brinde herramientas que sirvan; que el fútbol brinde espectáculo; que los políticos no brinden espectáculo. Que los vecinos se brinden ayuda; que los padres brinden apoyo a los maestros; que los maestros brinden apoyo a sus alumnos; que los alumnos se brinden ayuda entre ellos. Que los automovilistas no brinden mucho si van a conducir; que la televisión brinde algo más. Que los libros brinden libertad. Que ningún gobernante, por brindar de más, inicie una guerra. Que los soldados brinden en sus casas con sus familias. Que la familia brinde un lugar para ser feliz. Que la vida nos brinde siempre otra oportunidad. Que todo el mundo brinde. Que cada uno brinde su aporte. Brindemos. Brindemos todo lo que podamos brindar. Brindémonos, antes del brindis, después del brindis, brindemos un tiempo mejor. Brindemos un futuro. Brindemos mañana: que todas las noches pueden ser buenas si cada uno brinda al mundo lo mejor que tiene para brindar. Nadie nos quita lo brindado”.

Cada vez que un año se termina, inevitablemente reflexionamos sobre qué deseamos cambiar o mejorar para el próximo, como si nuestros deseos se afianzaran de acuerdo con el balance que hacemos en diciembre. Sí, a todos nos pasa lo mismo, el 31 de diciembre renovamos las energías y los proyectos. Decidí entonces invitarlos a brindar por lo que sí conseguimos en este dos mil siete y por lo que en verdad deseamos para el dos mil ocho. Y empiezo yo: brindo porque la peque tuvo el corazón estable durante todo el año y brindo por mi mayor deseo para el próximo: un dos mil ocho igual de estable. Brindemos. Brindémonos.



El 2007 en fotos.