Octubre acabó por destruir las ilusiones guardadas en la cajita de septiembre; soltó los últimos globos que quedaban y a la nada volaron las ilusiones y los deseos. Lo peor es que perdí uno de mis mayores tesoros, la chispa para el humor espontáneo.
Tanto remar para morir en la orilla... Tanto remar para morir en la orilla...
Y dejo esto así, sin comentarios, porque algunas tristezas es mejor acompañarlas en silencio.
Tanto remar para morir en la orilla... Tanto remar para morir en la orilla...
Y dejo esto así, sin comentarios, porque algunas tristezas es mejor acompañarlas en silencio.