miércoles, 17 de enero de 2007

Paula

Discúlpame, Paula, te tengo abandonada. No he podido retomar las bellas páginas de tu historia porque apenas puedo con las páginas de la mía. Por un momento me distraje intentando recuperar lo que alguna vez perdí por el camino del olvido.
Hace poco tuve un sueño. Soñé que la búsqueda había terminado y me sentí bien. Estaba plena, escuchaba que el encuentro me contaba las cosas que yo deseaba, sin dejar un minuto libre para que la duda y la incertidumbre se ensañaran, una vez más, en verme claudicar. Y fui feliz al encuentro, sentí que lo imposible era posible, que mi vida tenía más espacios, un respiro, una mano amiga, una caricia, una palmada en el hombro, después de tantos meses de manos astilladas e historias inconclusas. Dos noches tuve el mismo sueño, e intenté no hacer ruido para no despertar a la angustia y a la soledad, compañeras incondicionales de largos caminos. A mi lado alguien soñaba también, soñaba paisajes, encuentros, salidas, emociones. Soñaba con los árboles, los pájaros y las palabras. Soñaba que era un peregrino solitario con historias de vida para compartir y emocionar. Pero no soñaba conmigo, soñaba con su imaginación, con su corazón salvaje lleno de intrigas casi adolescentes, con sus ilusiones perdidas apenas unas páginas atrás, quizás soñaba con su afán de releerlas, o de encontrar a alguien capaz de llenar las próximas. Quizás también halló una desilusión. Quizás no, no lo sé, solo quizás.

No sé qué me pasa, Paula, pareciera que no he tenido vida antes y que nada de lo aprendido sirve, que revivo la amargura de la desilusión como si ya no fuera moneda corriente. Vuelvo a golpearme contra el mismo muro, con la esperanza de creer en lo increíble, enroscada en historias sin sentido de mal comienzo y peor final. Me esmero, Paula, no creas que no. Pero pareciera que cuando derribo el tan ansiado muro, levanto uno en realidad más fuerte y alto. Construyo lo que no debo, comienzo por el final, desmedro mis más altos valores construidos en defensa de un corazón ingenuo y quedo a merced de otra realidad, llena de fantasmas y monstruos reales o inventados.
Todo lo que tengo por seguro son estas palabras, que retomo para llenar las interminables preguntas que nunca se responderán, porque la respuesta es la vida misma que sigue su curso sin detenerse ni mirar atrás.
¡Si tan solo me alcanzara mirarte para entender! ¡Si tan solo aprendiera a verte con los ojos de la distancia y no pintado con las acuarelas de la inocencia! ¿¿Qué me pasó, Paula?? ¿Por qué decidí apartarte y retomar mi vida si entre tus páginas me sentía segura, rica, ilusionada y completa?? ¿Por qué interrumpí la realidad para soñar un sueño ya soñado muchas veces? ¿Por qué iba a ser diferente esta vez? ¿Por qué las cicatrices del alma no enseñan tanto como las del cuerpo? ¿Por qué insistir en la ausencia, el desencanto, la frialdad y la mirada perdida de la incertidumbre?
Lo intento, intento seguir pensando que la vida tiene estas cosas, que menos mal que no pasó más tiempo, que por suerte fue ahora…¿Qué me importa el tiempo si todo lo que deseo es acompañarte desde antes de conocerte? ¿Qué me importa el tiempo si esta herida me alcanza para toda la vida?
Doy vuelta la página e intento calmarme un poco. Miro hacia atrás y el pasado todavía me persigue. Me escondo, te escribo. Te leo en cada palabra, en cada letra. Cierro los ojos e intento recordarte. Nada es igual, algo cambió, pero eso no es malo. Te imagino sentado y tranquilo, con la mirada en el horizonte y la sonrisa a flor de piel, con los ojos llenos de esa inquietud casi infantil mezclada con otros rumbos y otros sueños. Me acerco, toco tu mano distante y tus cabellos enredados. Tus ojos, tus labios, tu piel. Todo es lindo y suave. Me alejo por un sendero que me lleva otra vez al punto de partida, a una página de un libro que nunca debí abrir, a una inquietud que debí calmar desde un comienzo, a una mano desconocida, a una quietud inerte.
Y vuelvo a tus páginas, Paula, no con ánimos de cubrir mi pena, sino de seguir transitando y recorriendo caminos. Ya no puedo mirar atrás pero la tristeza me empaña los ojos y apenas puedo mirar hacia delante. Me quedé sin fuerzas, sin poder seguir remando. Sin entender. Nunca voy a entender qué fue. Cuál fue la mano amiga, cuál la palabra correcta, cuál la caricia equivocada. Y me voy lejos, donde algún día, quizás, tal vez y solo quizás, nos encontremos en algún camino peregrino.
Simplemente, adiós…

22 comentarios:

DudaDesnuda dijo...

Si no fuera tuyo, juraría que es mío. Tristemente hermoso. Furiosamente cierto.

Ahora, cambiando el tono sin cambiar el tema: ¿Quién catzo es Paula???

Besos e intrigas.

Laura Palisa dijo...

Me subí a tus palabras y me perdí en los recovecos de algunos párrafos.
Bellísimo texto.

Chiru dijo...

diría lo mismo que dijo DudaDesnuda
si no fura tuyo, diría que es de ella...
Muy sentido, tiene mucha fuerza, tristeza (como las despedidas)
y repito la pregunta (sin el catzo que tiene copyright ;) )

Beya dijo...

Dudis: Un honor para mí que compare mi texto con los suyos. Alguna vez le dije que usted era algo así como la María Elena Walsh de los blogs, ¿no?
Paula, de Isabel Allende. Muy linda novela y, como verán, muy inspiradora. Hallábame leyendo sus páginas cuando apareció un montañista que revolvió los estantes, se fue y dejó todo tirado :-S

Beya dijo...

¡Gracias Laura! Muy lindas tus palabras también. Gracias.

Beya dijo...

Así es, Chiru, las despedidas que no son de mutuo acuerdo dejan palabras intensas y marcas inolvidables. Gracias por la comparación con Duda :-)

Laura Palisa dijo...

Epa!!! Sabés? pensé en esa Paula cuando te leia! No sé porqué pero también me gusta ese libro. Asi tanto como aborrecí a Isabel, me encariñé con Paula.
Tal vez es porque siempre atrapa la injusticia de un vida trunca y blah blah, no sé.
Beso

Beya dijo...

¡Uy, Laura, mirá vos! Yo no leí mucho de Allende, pero esta novela me gustó.
A ver cuándo te abrís un blog, ¡eh! :-)

DudaDesnuda dijo...

Dale, salame, (desde el amor, ya sabés) ¿shó la María Elena Walsh??? ¿No será muchiiio???
Sospeché que era esa Paula. Gracias por la aclaración, ahora no tengo dudas, así que salgo a buscar dudas nuevas.

Besos y búsquedas.

Beya dijo...

Jaja, es que sus palabras hacen poesía, Duda :-)
Vaya, busque otra duda y después la comparte.

Walter dijo...

¿La de la foto es la Dra Queen?

Besos y Links

Anónimo dijo...

bah! yo dejo comentarios y esta guarifa me borra... qué será... esto es una prueba... probando... probando... será que dije que me cargaba la Allende? o que Paula no la pude leer porque me entra una pena negra? y así tampoco puedo decir si es buena o mala? probando... probando...

Laura Palisa dijo...

Cómo no, doña ;)

www.emiliando.blogspot.com

Beya dijo...

¡Jajja! ¿La foto del link? No, Kill, es Laura Ingalls :-)

Beya dijo...

¡1, 2, 3 Pal! La verdad es que no sé porqué no publica tus comments en el primer intento :-(

Beya dijo...

¡Ah, Laura! ¡Tenías blog, nomás! Ayer me di una vueltita pero no pude quedarme mucho. Vi que te gusta la poesía... En un rato paso a visitarte otra vez.

Anónimo dijo...

Faaa...!!
¿Y todo eso en una semana que no pasé por acá?
¡Qué peligro!

Beya dijo...

El tipo: ¡Todo esto y mucho más! Ya va a ver cuando le cuente :-)

Caracol dijo...

Que despelote armó el montañista.
Supongo que valió la pena...
Intimado de forma fehaciente a dejar constancia de mi paso por su casa, aqui me ve. Vivito y coleando.
No sea fiaca y escriba alguna cosita mas. Entre escalada y escalada.
Besos.

PD: Y la desafío a hacer la prueba del antispam. saque la fucking palabreja de verificación y verá que casi no entra spam y que es mucho mas facil borrar un par de vendedores a la semana que tener que tipear cada uno las letritas malditas.
Pruebe, pruebe pruebe.

Beya dijo...

¡Buenas, Caracol! Por un momento pensé que se había olvidado de mí :-S
Lo que pasa Caracol que no me inspiro muy seguido, pero haré un intento a ver qué sale, quizás el día gris y la lluvia de hoy me recuerden otras montañas.

Uy, voy a ver si puedo sacar la palabra, como usted me lo sugiere. El tema es que soy bastante zoquete con estas cosas cibernéticas, pero por suerte, El_tipo me da una mano de vez en cuando.

Caracol dijo...

"El tipo me da una mano de vez en cuando"

Un suertudo, el tipo. jajajaja

Beya dijo...

Bueno, Caracol, no me malinterprete, de usted podría decir que cada vez que me visita, me deja llena de baba,jajaja :-)