lunes, 16 de enero de 2012

Se fue

Se fue. Huyó de mi cuerpo y dejó su perfume en mi almohada. Se fue por calles sin callejones, por escaleras perdidas, por laberintos olvidados.

Se fue. Escapó de madrugada para fusilar el recuerdo, para no levantarse y teñir de sombras ese instante entre el día y la noche que no le pertenece a nadie, cuando el sol se apaga y se esconde en la nada. Se fue con ganas de cambiar el mundo para siempre, buscando sueños en el mar, pero dejó lo que no se va, lo que las olas nunca se llevan…

Y la tristeza me arranca las manos, me explota la vida y me sangra la risa sobre fotos vacías. Porque estoy ahí, en el mismo cajón del pasado que todo lo demás, algo para olvidar.

Y así las cosas deben ser. Tal vez...