viernes, 21 de septiembre de 2007

Viernes

Hoy es un viernes chato. Muy linda la primavera, muy lindo el espíritu festivo, pero viernes chato al fin. Después de haber trabajado como una loca en la corrección de un cuadernillo sobre la Patagonia, pareciera que las palabras me absorbieron todas las energías. Miro por la ventana y veo la misma dedicada rutina de todos los viernes. A veces no sé si prefiero estar desbordada de trabajo o no tener nada que hacer y dejar que mi mente vuele por ahí. Cuando mi mente vuela, todas las desgracias humanas me afloran por la piel y tengo la sensación de que, de todos los escenarios posibles, siempre me toca el peor. Son pocas las cosas que me gratifican últimamente, y lo poco que me conformaba antes, ahora tampoco me sirve. Encima vengo a darme cuenta de que mi grado de ingenuidad es exactamente igual o mayor al de cuando tenía doce años. Si me dejaran, creo que hasta me creería que Papá Noel existe. Detesto las obviedades pero al mismo tiempo odio las incertidumbres. Me molesta la histeria pero los hechos concretos tampoco me traen satisfacciones, al contrario, me dejan una inmensa sensación de vacío. No hay caso, soy una pequeña niña encerrada en un cuerpo de mujer. Extraño las épocas en que solo me conformaba con que el chico que me gustaba, gustara de mí; cuando las ilusiones pesaban más que las realidades y cuando las realidades eran más llevaderas…

lunes, 10 de septiembre de 2007

Missing

Estoy laburando en la corrección de un cuadernillo que me está llevando más tiempo del que pensaba. Hasta tanto y en cuanto no me libere, estaré ausente.
A llorar al campito.

Buenas tardes.