“…Te deseo, te extraño, no puedo vivir sin vos, así me dejaste, herida…”
Nos brindamos enteros. Nos dejamos llevar. Nos entregamos al anonimato despojados de nuestras caretas, aferrándonos a él para dar rienda suelta a nuestros más profundos deseos y sentimientos de odio, amor, venganza; para dar paso a los resentimientos depurados por la cultura y la sociedad.
Deseamos, amamos, gritamos con fuerza nuestras flaquezas, nuestros amores perdidos, nuestros deseos de estar juntos, separados, de gritarle al mundo traiciones y desencantos. Así, asidos de un manojo de verdades, un nombre común nos vuelve invisibles, nos devuelve las fuerzas y nos desnuda sin tregua ante lo inmanejable.
Denunciamos lo que nos duele, lo intolerable, lo repugnante y lo atractivo y a su vez tememos ser descubiertos amasando el idilio que existe entre el deseo de gritarle al mundo quién somos y la vergüenza de que rechacen nuestro nombre.
Anónimo. Gritamos con tu nombre lo que a oscuras reprimimos a diario, para expresar con miradas de niño despojado lo que en verdad sentimos. Anónimo, te invocamos a la hora de contar verdades. Anónimo, si te conoceré…
Nos brindamos enteros. Nos dejamos llevar. Nos entregamos al anonimato despojados de nuestras caretas, aferrándonos a él para dar rienda suelta a nuestros más profundos deseos y sentimientos de odio, amor, venganza; para dar paso a los resentimientos depurados por la cultura y la sociedad.
Deseamos, amamos, gritamos con fuerza nuestras flaquezas, nuestros amores perdidos, nuestros deseos de estar juntos, separados, de gritarle al mundo traiciones y desencantos. Así, asidos de un manojo de verdades, un nombre común nos vuelve invisibles, nos devuelve las fuerzas y nos desnuda sin tregua ante lo inmanejable.
Denunciamos lo que nos duele, lo intolerable, lo repugnante y lo atractivo y a su vez tememos ser descubiertos amasando el idilio que existe entre el deseo de gritarle al mundo quién somos y la vergüenza de que rechacen nuestro nombre.
Anónimo. Gritamos con tu nombre lo que a oscuras reprimimos a diario, para expresar con miradas de niño despojado lo que en verdad sentimos. Anónimo, te invocamos a la hora de contar verdades. Anónimo, si te conoceré…