miércoles, 21 de marzo de 2007

21 de marzo

Un día como hoy de una tarde tranquila del año mil novecientos setenta y dos, una mujer solitaria daba a luz para traer al mundo a un ser tan complicado como sensible. Desde ese día pasaron muchas cosas, lógico. Hubo dolores, fracasos, alegrías, inmensas felicidades… Una madre presente siempre, a pesar del cansancio y las manos agotadas, firme en su empeño por salir adelante. Un padre trunco, de presencia escasa y sentimientos raros. Un hermano compañero, a veces peleador, otras justo y sabio. Viajes, infancia, quintas, amores, desengaños. Interminables recuerdos y emociones. Así pasaron los años y llegó una hija hermosa, llena de sol en los ojos y en los labios, compañera de ruta incondicional.
Y ustedes, compañeros de aventuras, anécdotas, historias, vivencias, cuentos. Y quiero, si me lo permiten, compartir con ustedes lo que me desearon hoy, deseo del cual me apropio: “Que este año sea el comienzo de los cambios que querés para tu vida, y mi deseo es que esos cambios tengan el molde que vos deseas, en lugar de que seas vos la que se amolde a ellos”.
Gracias por estar, por compartir, por acompañarme a soñar...