miércoles, 28 de mayo de 2008

Negociante

Negociante aburrido de sonrisas infames, esculpidas por la astucia de los que se deleitan como mercaderes de sentimientos. Portador de recuerdos desdibujados por la indiferencia de la razón; tejedor de voluntades inservibles, tu vida transcurre flotando aferrada a un tronco hueco. El aburrimiento desconsiderado se burla de tu rutina, incesante laberinto de dudas y cuestionamientos eternos. Y ahí estás, remando solo los destrozos de un barco a la deriva pegado con plasticola; engañando tu realidad con falsas promesas de felicidad. Y así te imagino ahora, solo, encerrado en tu propia asfixia, torturándote a diario con tus pensamientos, soportando tu incapacidad para brindarte por completo, esquivando plenitudes para conformarte con migajas de ilusión.
Mercader de amores tristes y dolores irreparables, navegante en un mar de lágrimas secas que ayer, hoy, mañana y siempre te conducirán al punto de partida de tu hipócrita laberinto de dudas y confusiones.