jueves, 2 de octubre de 2008

De a poco

Y así, de a poco, todo fue perdiendo color. Las palabras se volvieron grises, los silencios cotidianos y la ilusión se perdió en cada encuentro, como si la magia fuera cosa de otros. Ella volvió a ser ELLA, mientras él descansaba en la seguridad de su sillón. Así, de a poco, los papeles comenzaron a ordenarse, la casa volvió a ser lo que era y los temores fueron desapareciendo. Y mientras ella se mantenía intacta en la mansedumbre irreal de su habitación, la otra luchaba por vencer el tiempo, aferrada a su cajita de lápices de colores, desteñidos por lo que, en realidad, fue solo un cuento de hadas sostenido por el deseo de la imaginación.